jueves, 15 de noviembre de 2012

COMPROMISO Y LEALTAD


La lealtad es, en primer lugar, una cualidad del ser humano, vinculada a la actuación ética.
Hay personas leales y personas que no lo son. Es cualidad del alma, virtud unida a las de sinceridad y grandeza de ánimo. La lealtad se da en personas con un profundo sentido del deber, de la responsabilidad y con capacidad de altruismo y desprendimiento.
La lealtad implica la voluntad de darse uno mismo, cumplir con la palabra dada, actuar con la mejor intención. La lealtad es incompatible con la mezquindad o con la avaricia.
Una persona de naturaleza leal obrará conforme a la misma; en su relación con terceros mantendrá actitudes leales, aunque no se vea correspondida en la misma medida.



El compromiso es un vínculo de naturaleza emocional que se manifiesta en una especial unión o identificación entre una persona y una realidad, personal o fáctica, externa a la misma. La lealtad es la principal fuente del compromiso, pero no es la fuente en exclusiva.
Hay compromisos basados en el amor, en intereses compartidos o egoístas, en el orgullo, incluso sólo en el dinero. Eso sí, sólo la motivación positiva, sea o no altruista, es capaz de generar compromiso. El miedo no sirve a este fin. La voluntad movida por el temor puede llegar a ser muy eficaz, pero no será jamás una voluntad comprometida.
En definitiva, la calidad del compromiso, su fuerza y efectos, se basan principalmente en su motivación, en las razones de la voluntad que lo origina. No es igual un compromiso basado en el dinero que un compromiso basado en la lealtad.



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